MANIFIESTO MANIFESTACIÓN CICLISTA 26 DE MARZO TERRASSA

Nuestro crimen no es otro que practicar un deporte que nos apasiona. Salir a entrenar un poco con nuestras bicicletas.

La condena llega hasta la muerte. La condena de Raúl ha sido la muerte. La condena de su mujer, de su hijo y de su hija ha sido la muerte. La condena de su familia y amigos ha sido la muerte.

En el mejor de los casos, como sus dos compañeros, la condena ha sido estar heridos de gravedad y que sus vidas y las de sus familias cambien para siempre. Al menos no les faltara el cariño y los ánimos de tantísimas personas que cada día estamos con ellos esperando su rápida recuperación. Esta es la condena, en el mejor de los casos. Es durísimo.

Y no es justo. 

Cada una de las personas vestidas con su maillot y subidas en su bicicleta son mucho más que ciclistas, son padres, madres, hermanos, hermanas, hijos e hijas. Somos personas sí, además de ciclistas y tenemos derecho a una vida digna y segura. Cada una de esas personas tenemos una familia que nos quiere y quieren que volvamos a casa y que volvamos bien.

¿Qué clase de sociedad somos que cree más importante drogarse o beber y coger un coche que las vidas con las que te vas a cruzar?

¿Qué clase de sociedad somos que cree que son más importante los cinco o diez minutos que llegarás más tarde (a dónde sea) que la vida de quienes te vas a cruzar?

¿Cuándo hemos permitido eso?

¿Cuándo hemos normalizado salir cada día asustados sin saber si vamos a volver o cómo? Y ¿Por qué?

Nunca más. No vamos a permitir nunca más salir con miedo. Nunca más agachar la cabeza porque mi único escudo sea mi cuerpo porque tú con tus drogas, tu alcohol y tus toneladas de acero no me llegas en dignidad ni a los talones. Sólo quienes practicamos el ciclismo sabemos de su dureza, de la entereza necesaria de la fuerza, la entrega, la perseverancia... y cuando nos bajemos de la bici vais a tener todos esos valores también delante.

Porque ya está bien. Porque ¡HASTA AQUÍ!

Hoy estamos en este punto, pero como este son ya demasiados. ¡Hasta aquí hemos llegado!

Por nuestras familias, por nuestros hijos e hijas que ojalá pedaleen mucho el día de mañana, luchemos por un mundo de carreteras pacificadas y por una modernización que llega muy tarde pero que es imprescindible que incluya EL RESPETO AL/LA CICLISTA SIEMPRE, de carriles bici decentes, de la bici también como medio de transporte que puede salvar el planeta. Y por supuesto por nuestra pasión, por las dos ruedas que tenemos derecho a que sigan siendo nuestras alas en la tierra.

Compañeras y compañeros de pedales, no les demos ni una excusa, visibles siempre, con luces, con ropa, sin una gota de alcohol antes de subirnos a nuestras bicicletas siempre, cumpliendo las normas, SIEMPRE con sentido común.

No les demos ni una excusa primero por nuestro bien y segundo porque nadie en el mundo merece tras la pérdida de un ser querido leer en este mundo digital del odio que hoy nos rodea mensajes como los que se leen.

No les demos una excusa porque somos mejores, sin duda alguna, que cualquiera que crea que su rato de juego, su cerveza y su raya y diversión está por encima de la del derecho a vivir de nadie.

Hoy Raúl nos da la fuerza para que nadie más pase por lo que él y su familia están pasando, por nosotros y nosotras, por el mañana, por quiénes vendrán, por todos ellos y ellas no dejaremos de luchar.

RCR19